Thursday, March 3, 2016
Humedad
El día en que te marchaste, no me dijiste que te marchabas. No hubo un gesto que lo indicara ni palabras de clausura, sin embargo, te marchaste. Y pasaron días antes de darme cuenta que no volverías, o por lo menos que no volverías igual. Parece que junto con mi apetito, inocencia y optimismo, también te llevaste contigo mi claridad. Como si cada pensamiento estuviese cubierto de una tenue capa de humedad igual a la que se acumula sobe una ventana después del aguacero. Y así vivo, por el momento. Con esta humedad que carcome, y que por desfortuna, no encuentra salida.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment